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¡Conoce los pueblos más encantadores de China!

Si crees que ya lo has visto todo en China, te equivocas. Más allá de sus megalópolis futuristas, el país esconde un alma rural y ancestral en pueblos que parecen detenidos en el tiempo. Para tu próxima aventura, te proponemos alejarte de las rutas turísticas masificadas y descubrir estos destinos de auténtica belleza.
Danba, Prefectura Autónoma Tibetana de Garzê (Sichuan)

Adéntrate en el corazón del Tíbet oriental. Tras un viaje de seis horas desde Chengdu, serás recompensado con un paisaje que quita el aliento. Los pueblos de Danba, considerados por muchos los más bellos de China, están formados por casas de estilo tibetano construidas en las laderas soleadas de las montañas. Sus fachadas, pintadas en rojo, amarillo y negro y decoradas con iconografía religiosa, están coronadas por cuatro torretas blancas que representan a las deidades de las colinas, los árboles, los ríos y los campos.
Dunhuang (Desierto de Gobi)

Encuentra un oasis de historia en medio del vasto e inhóspito desierto de Gobi. Dunhuang fue una parada crucial en la antigua Ruta de la Seda y hoy es un paraíso para los amantes de la historia. En sus alrededores existen 241 sitios históricos. No te pierdas la Pagoda del Caballo Blanco, construida en el año 382, y las impresionantes Grutas de Mogao, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, que albergan un tesoro invaluable de arte budista.
Fenghuang (Hunan)

Rodeada por montañas verdes y atravesada por el río Tuojiang, la ciudad antigua de Fenghuang fue descrita como la más bella de China por el escritor Rewi Alley. Aquí podrás sumergirte en la cultura del pueblo Miao, visible en las casas de madera sobre pilotes ('diaojiaolou') que bordean el río y en las telas de batik que se venden en las tiendas. Prueba delicias locales como los pimientos rojos en escabeche picantes o los dulces de jengibre. A pocos kilómetros al oeste, visita el Castillo de Huang Si Qiao, la fortaleza de piedra mejor conservada de China, construida en el año 687.
Heshun (Yunnan)

Cerca de la frontera con Myanmar, este remoto pueblo de apenas 6.000 habitantes fue una parada en la Ruta del Té y los Caballos. Muchos de sus antiguos residentes emigraron y, a su regreso, construyeron espléndidas casas que fusionan estilos arquitectónicos chinos y extranjeros. Pasea por sus calles empedradas y descubre la Biblioteca de Heshun, una de las más grandes de las zonas rurales de China, y un memorial dedicado al filósofo Ai Siqi.
Huangyao (Guangxi)

Si te gustó el paisaje de Guilin y Yangshuo pero buscas escapar de las multitudes, Huangyao es tu destino ideal. A tres horas y media en coche de Guilin, este pueblo conserva todo el encanto de la región sin la masificación. Las familias que viven aquí, en su mayoría de apellido Huang o Yao, son descendientes de los fundadores del pueblo hace 900 años. Huangyao te ofrece la auténtica escena de la China antigua que buscas.
Likeng (Jiangxi)

Fundado en el año 1010, Likeng es un ejemplo perfecto de la arquitectura Hui, caracterizada por sus paredes blanqueadas y techos de color cian. Aunque tiene una tarifa de entrada, merece la pena por pasear bajo sus antiguos árboles de alcanfor y, si vas en primavera, disfrutar de la espectacular floración amarilla de la colza que rodea el pueblo.
Niujie (Yunnan)

En el condado de Luoping, famoso por sus colinas kársticas, se encuentra la pequeña aldea de Niujie. El mejor momento para visitarla es entre febrero y marzo, cuando los interminables campos de colza florecen en todo su esplendor, creando un mar amarillo en terrazas que recuerdan a los arrozales.
Shengcun (Yunnan)

Mientras que las terrazas de arroz de Longji son las más icónicas, las de Yuanyang son consideradas las más bellas. Entre las terrazas de Duoyishu y Bada, encontrarás la aldea de Shengcun, habitada por las etnias Hani y Yi. Observar cómo el sol de la mañana se refleja en los campos inundados en invierno es una experiencia inolvidable. Además, a diferencia de otros pueblos étnicos, aquí no pagas entrada. Los días de mercado son una oportunidad única para ver a los locales comerciando con productos frescos y artesanías.
Shiwei (Mongolia Interior)

Aunque técnicamente es un pueblo, su pequeño tamaño y ubicación en la pradera de Hulunbuir, en la frontera con Rusia, lo convierten en una parada especial. Shiwei combina lo mejor de tres culturas: la rusa, la mongola y la han china. Puedes montar a caballo por las praderas durante el día, disfrutar de una fusión de delicias locales por la noche y dormir en una yurta tradicional (ger), arrullado por el sonido del ganado.
Shuangfeng (Heilongjiang)

Apodado "El Pueblo de la Nieve de China", la Granja Forestal de Shuangfeng es el lugar perfecto si quieres experimentar las nevadas más intensas del país. Durante siete meses al año, este lugar, que antes era una aldea maderera, se transforma en un destino turístico de cuento, con sus casas originales convertidas en hospedajes. Puedes llegar en autobús turístico desde la ciudad de Mudanjiang.
Zhouzhuang (Jiangsu)

Conocida como la "Venecia de Oriente", Zhouzhuang es uno de los pueblos de agua más hermosos de China. Ubicado entre Shanghái y Suzhou, simplemente pasear por sus calles y cruzar sus encantadores puentes de piedra es un placer. Con 900 años de historia, también alberga joyas como la Residencia Zhang Ting, de la era Ming, con seis patios y más de 70 habitaciones, y el Templo Quanfu, situado a orillas del lago Baixian.
