Descubre los 7 Templos y Santuarios de Japón que Debes Visitar

Descubre los 7 Templos y Santuarios de Japón que Debes Visitar

Japón alberga algunos de los lugares espirituales y arquitectónicos más fascinantes del mundo. Si planeas un viaje, estos templos y santuarios son paradas esenciales que te conectan con la historia, la espiritualidad y el arte del país.

Kinkaku-ji (Kioto)

Conocido como el Pabellón Dorado, este templo Zen en el norte de Kioto impacta a primera vista: sus dos pisos superiores están completamente cubiertos de pan de oro. Fue la villa de retiro del shogun Ashikaga Yoshimitsu y, tras su muerte en 1408, se convirtió en un templo de la secta Rinzai según su voluntad.

El edificio actual es una reconstrucción de 1955, ya que el original fue destruido por un incendio provocado por un monje en 1950. Construido junto a un gran estanque, cada uno de sus pisos representa un estilo arquitectónico diferente. Es un reflejo de la opulenta cultura Kitayama de la aristocracia de la época.

Tōdai-ji (Nara)

En Nara, el Tōdai-ji es uno de los templos más históricamente significativos de Japón. Se construyó en el año 752 como el templo principal de todos los templos budistas provinciales del país y llegó a ser tan influyente que la capital tuvo que ser trasladada lejos de Nara en 784 para reducir su poder en los asuntos de gobierno.

Su sala principal, el Daibutsuden, alberga una de las estatuas de bronce de Buda más grandes de Japón (Daibutsu). Esta impresionante figura sentada mide 15 metros de alto y representa a Vairocana, flanqueada por dos Bodhisattvas. Aunque la reconstrucción actual de 1692 es solo dos tercios del tamaño original, la sensación de grandiosidad permanece.

Tenryū-ji (Kioto)

Situado en el corazón de Arashiyama, este templo es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y uno de los cinco grandes templos Zen de Kioto. Fue construido en 1339 en memoria del Emperador Go-Daigo.

Su jardín, Sogenchi, es un sitio histórico nacional y una de sus mayores atracciones. A lo largo de los siglos, el templo ha sufrido ocho incendios importantes. El complejo actual data del siglo XIX y alberga importantes artefactos Zen, como la famosa pintura "Dragón emergiendo de las nubes".

Tō-ji (Kioto)

Literalmente "Templo del Este", el Tō-ji fue fundado a finales del siglo 700, poco después de que la capital se estableciera en Kioto. Junto con su ya desaparecido templo gemelo, Saiji ("Templo del Oeste"), custodiaba la entrada sur de la ciudad. Hoy es también Patrimonio de la Humanidad.

El monje Kobo Daishi, fundador de la secta budista Shingon, fue nombrado sacerdote principal aquí, convirtiéndolo en un templo crucial. Un dato útil: si visitas Kioto el día 21 de cualquier mes, podrás disfrutar de un bullicioso mercado de pulgas en sus grounds, con una gran variedad de productos.

Futarasan (Nikkō)

Este santuario sintoísta se encuentra junto al famoso Toshogu en el centro de Nikkō. Fue fundado en 782 por Shodo Shonin, el monje que introdujo el budismo en la zona. Está dedicado a las deidades de las tres montañas sagradas de Nikkō: Nantai, Nyoho y Taro.

La mayor parte del recinto es de acceso gratuito, excepto una pequeña zona de pago que incluye un jardín con árboles, varios salones y un manantial. El puente Shinkyo, ubicado a un kilómetro de distancia, también pertenece a este santuario.

Fushimi Inari (Kioto)

Este es el santuario sintoísta más importante de los miles dedicados a Inari, el dios del arroz. Es mundialmente famoso por sus miles de puertas torii de color bermellón que forman senderos que suben por el monte Inari.

Los zorros son considerados los mensajeros de Inari, por lo que verás muchas estatuas de ellos en este santuario. El santuario tiene orígenes antiguos, anteriores al establecimiento de Kioto como capital en el 794. Es una experiencia única caminar por sus caminos serpenteantes a través del bosque.

Para Tu Viaje

Si buscas una atmósfera más tranquila, procura levantarte más temprano y llegar lo más pronto posible. Así evitas las multitudes y dedicas tiempo a caminar por sus jardines, puentes... y claro, tomar mejores fotos.  

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